Isla de Chiloé: es la región mas verde de Chile, lo espera aquí un viaje cultural entre lagos, ríos, volcanes y mar. Hay numerosos volcanes como el Osorno, el Villarica, el Puntiagudo dominando los cientos de lagos y ríos. La Isla de Chiloé obtiene su reputación por sus tradiciones originales y sus pueblos pintorescos.

Los Palafitos sobre la Isla de Chiloé en Chile

Esta región de Chile, vecina de donde yo vivo durante el año, rebalsa de belleza natural. Totalmente diferente a la región de los lagos en Argentina, está situada más al sur, al nivel del mar; sus volcanes, uno más majestuoso que el otro, se destacan de la superficie de la tierra. Entre lagos y volcanes, mar y cordillera, esta región es un paraíso para fusionar turismo con cultura y diversas actividades.

Isla de Chiloé, entre lagos y volcanes

Chile en su conjunto es una zona inmensamente sísmica. Del norte al sur del territorio hay más de 2.000 volcanes, algunos todavía en actividad. Al norte de la Patagonia chilena, se encuentra una sucesión de volcanes uno más bello que el otro. Para empezar el Volcán Osorno, bien al norte, magnifico cono dotado de una cima nevada y de una forma perfecta. Ornamentan la región numerosos lagos de un azul profundo, entre los cuales el Villarrica, el Ranco, el Puyehue, el Llanquihue, el Todos Los Santos y algunos otros.

Los amantes de los grandes espacios tendrán el placer de practicar aquí senderismo, escalada, rafting, pesca o simples paseos cerca de las azules aguas de los lagos de montaña, rodeados de paisajes encantadores. Hay incluso playas lacustres, fuentes de agua caliente y estaciones de esquí.

La parte septentrional de esta región lleva a menudo el nombre de Araucanía. Es aquí que viven la mayor parte de los Mapuches de Chile. Esta tribu, que renunció a sus últimas tierras ancestrales a fines del siglo 20 y que constituye en esta época el más importante de los pueblos de Araucanía, forma hoy el mayor grupo amerindio del triangulo meridional de América del Sur.

Descubrimiento del archipiélago de Chiloé

Un viaje al sur de la isla de Chiloé tiene como objetivo ir al encuentro del Chile tradicional. No verá paisajes que lo dejará sin aliento pero podrá interactuar con sus habitantes que siguen teniendo presentes las leyendas y maneras de vida de sus ancestros.

La Isla de Chiloé es famosa por sus tradiciones originales y sus pueblos pintorescos. Chiloé es la «Tierra Nueva» o la «Corsega» de Chile, no solamente por su geografía insular sino por las particularidades culturales que distinguen los chilotes de los habitantes del continente.

La ciudad de Castro, un poco austera fuera de temporada, se anima durante el verano con la llegada de los turistas chilenos y gracias al comercio de la lana y cuero. Su catedral, toda construida en madera, es uno de los edificios religiosos más sorprendentes del país. Con marea baja, su bahía descubre vastas extensiones propicias para la pesca de mariscos. Y sus numerosas leyendas, con fascinantes mitos, están siempre presentes entre la población. La vida es agradable. Las colinas, asombrosamente verdes, las iglesias con techos de tejas, los barcos de pesca y las casas «Palafitos» componen el cuadro fuera de tiempo de esta isla a menudo lluviosa.